13 de septiembre de 2016
Los niños y los perros no siempre son buena combinación. (España)

Un estudio ha revelado que los niños tienden a agobiar a los perros en muchas ocasiones. A pesar de que pueden ser los mejores amigos y disfrutar de momentos de ocio y diversión, los canes tienen que soportar atenciones de los más pequeños a todas horas, incluso en sus horas de descanso y de querer estar solos.

Los perros son animales, no niñeras, y necesitan un lugar y un tiempo de reposo y de descanso. La persistencia de los niños en seguir a su mascota y abrazarla a todas horas puede desembocar en una reacción adversa por parte del animal, por lo que no sería de extrañar que el pequeño dueño de un perro se lleve un gruñido o una marca en ciertos momentos.

Los percances entre perros y niños se producen más frecuentemente de lo que pensamos. Los adultos tienden a ser demasiado permisivos con la forma de tratar el niño a la mascota, y la confianza puesta en el animal supone que no vean el riesgo al que se someten los niños.

El estudio recomienda una mayor vigilancia por parte de los adultos, y sobre todo respetar el tiempo de descanso del animal. Incluso será mejor si los niños no tienen acceso al lugar donde los perros descansen. Así se evitará el peligro, y el perro, con renovadas energías, estará encantado de jugar con los niños durante horas.