Muchas veces, casi siempre, cuando recogemos o encontramos deambulantes, desconcertados y heridos sobre todo en lo más profundo de sus sentimiento a perros, cachorros o perritas como nuestra algo tímida de primeras, pero cariñosa y cercana Misty, nos preguntamos qué ha sido de ella, o mejor dicho si algún día conocieron la paz y la tranquilidad en sus inciertas e injustas vidas. Y es que viendo la mirada aún dolorida, pero esperanzada de Misty pensamos qué ha sido de esa alegría y entusiasmo con el que nacen y crecen los cachorritos bien tratados, qué ha sido de la confianza ciega que les hace ser siempre fieles a pesar de las heridas, qué ha sido de las ganas de vivir que ignorantes de lo que les espera demuestran hasta que los maltratan y olvidan... pero por suerte Misty aún lo tiene, no lo ha perdido, su buen carácter siempre afable y sociable, y por eso , para que no lo pierda para siempre, Misty sencillamente, te espera.