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Los principales síntomas del parvovirus canino, una enfermedad que puede resultar letal
Seccion: Enfermedades
Por © PETSmanía
El parvovirus canino es una enfermedad viral grave que afecta especialmente a los perros cachorros y a los ancianos. Ataca principalmente al sistema digestivo provocando vómitos frecuentes, decaimiento y diarreas severas.
El parvovirus canino es una enfermedad viral grave, producida por un virus de tipo 2, que afecta especialmente a los perros cachorros y a los ancianos, ya que su sistema inmunológico es más débil y, por tanto, son susceptibles a coger infecciones.
Ataca principalmente al sistema digestivo provocando vómitos frecuentes, decaimiento y diarreas severas.
Hace muy pocos años que se detectó esta enfermedad, por ello, se sabe poco de ella y las probabilidades de supervivencia son muy bajas. El parvovirus canino ataca, sobre todo, a cachorros de menos de 6 meses, perros adultos o mayores y perros sin vacunar ni desparasitar.
Otros factores que ayudan al desarrollo de esta enfermedad pueden ser el estrés, parásitos intestinales, hacinamiento o el bajo estado de ánimo. Razas como el pastor alemán, doberman, pittbull o rottwailer son más vulnerables que el resto a sufrir la enfermedad del parvo.
El virus se expande a gran velocidad y si no se toman medidas a tiempo puede ser mortal. Por ello, es importante conocer los síntomas de esta enfermedad para acudir al veterinario cuanto antes.
Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que se trasmite por vía oral y a través del contacto con los excrementos o con objetos contaminados. Principalmente afecta al sistema digestivo, a los glóbulos rojos y en los casos más graves al corazón.
El parvovirus, también denominado parvovirosis, tarda entre tres y cuatro días en manifestarse después del contagio. El primer síntoma es la fiebre, entre 40 o 41 º C. A partir del sexto día se pueden apreciar otros síntomas tales como: desanimo o depresión, diarreas, vómitos y pérdida de apetito, debilidad y dificultad para respirar, deshidratación, heces de color amarillo grisáceo o problemas cardiovasculares.
El virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses. Es difícil de eliminar mediante productos de limpieza corrientes, para ello, lo más eficaz es el cloro y el agua lavandina.
Al tratarse de una enfermedad bastante desconocida en muchas ocasiones los síntomas pueden llevar a pensar que se trata de otra patología. Por ello, se debe acudir a un especialista al mínimo indicio de parvovirosis, la vida del animal puede depender de si es tratada en las siguientes 48 o 72 horas. Es común que en cachorros menores de 6 meses se produzca la muerte súbita.
Actualmente, no existe una cura específica para esta enfermedad pero es posible superarla tratando de combatir la deshidratación, el desequilibrio electrolítico, y controlando los vómitos y diarreas para prevenir que la infección aumente. Es común que tras la afección queden efectos secundarios de por vida.
El virus también puede ser contraído por humanos aunque no es posible que el contagio se transmita de perros a humanos y viceversa. La mejor forma de evitar el contagio es la prevención. Para ello, es imprescindible cumplir con el calendario de vacunas y mantener ciertas normas de higiene.
El parvovirus canino es una enfermedad viral grave que afecta especialmente a los perros cachorros y a los ancianos. Ataca principalmente al sistema digestivo provocando vómitos frecuentes, decaimiento y diarreas severas.
El parvovirus canino es una enfermedad viral grave, producida por un virus de tipo 2, que afecta especialmente a los perros cachorros y a los ancianos, ya que su sistema inmunológico es más débil y, por tanto, son susceptibles a coger infecciones.
Ataca principalmente al sistema digestivo provocando vómitos frecuentes, decaimiento y diarreas severas.
Hace muy pocos años que se detectó esta enfermedad, por ello, se sabe poco de ella y las probabilidades de supervivencia son muy bajas. El parvovirus canino ataca, sobre todo, a cachorros de menos de 6 meses, perros adultos o mayores y perros sin vacunar ni desparasitar.
Otros factores que ayudan al desarrollo de esta enfermedad pueden ser el estrés, parásitos intestinales, hacinamiento o el bajo estado de ánimo. Razas como el pastor alemán, doberman, pittbull o rottwailer son más vulnerables que el resto a sufrir la enfermedad del parvo.
El virus se expande a gran velocidad y si no se toman medidas a tiempo puede ser mortal. Por ello, es importante conocer los síntomas de esta enfermedad para acudir al veterinario cuanto antes.
Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que se trasmite por vía oral y a través del contacto con los excrementos o con objetos contaminados. Principalmente afecta al sistema digestivo, a los glóbulos rojos y en los casos más graves al corazón.
El parvovirus, también denominado parvovirosis, tarda entre tres y cuatro días en manifestarse después del contagio. El primer síntoma es la fiebre, entre 40 o 41 º C. A partir del sexto día se pueden apreciar otros síntomas tales como: desanimo o depresión, diarreas, vómitos y pérdida de apetito, debilidad y dificultad para respirar, deshidratación, heces de color amarillo grisáceo o problemas cardiovasculares.
El virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses. Es difícil de eliminar mediante productos de limpieza corrientes, para ello, lo más eficaz es el cloro y el agua lavandina.
Al tratarse de una enfermedad bastante desconocida en muchas ocasiones los síntomas pueden llevar a pensar que se trata de otra patología. Por ello, se debe acudir a un especialista al mínimo indicio de parvovirosis, la vida del animal puede depender de si es tratada en las siguientes 48 o 72 horas. Es común que en cachorros menores de 6 meses se produzca la muerte súbita.
Actualmente, no existe una cura específica para esta enfermedad pero es posible superarla tratando de combatir la deshidratación, el desequilibrio electrolítico, y controlando los vómitos y diarreas para prevenir que la infección aumente. Es común que tras la afección queden efectos secundarios de por vida.
El virus también puede ser contraído por humanos aunque no es posible que el contagio se transmita de perros a humanos y viceversa. La mejor forma de evitar el contagio es la prevención. Para ello, es imprescindible cumplir con el calendario de vacunas y mantener ciertas normas de higiene.
Ataca principalmente al sistema digestivo provocando vómitos frecuentes, decaimiento y diarreas severas.
Hace muy pocos años que se detectó esta enfermedad, por ello, se sabe poco de ella y las probabilidades de supervivencia son muy bajas. El parvovirus canino ataca, sobre todo, a cachorros de menos de 6 meses, perros adultos o mayores y perros sin vacunar ni desparasitar.
Otros factores que ayudan al desarrollo de esta enfermedad pueden ser el estrés, parásitos intestinales, hacinamiento o el bajo estado de ánimo. Razas como el pastor alemán, doberman, pittbull o rottwailer son más vulnerables que el resto a sufrir la enfermedad del parvo.
El virus se expande a gran velocidad y si no se toman medidas a tiempo puede ser mortal. Por ello, es importante conocer los síntomas de esta enfermedad para acudir al veterinario cuanto antes.
Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que se trasmite por vía oral y a través del contacto con los excrementos o con objetos contaminados. Principalmente afecta al sistema digestivo, a los glóbulos rojos y en los casos más graves al corazón.
El parvovirus, también denominado parvovirosis, tarda entre tres y cuatro días en manifestarse después del contagio. El primer síntoma es la fiebre, entre 40 o 41 º C. A partir del sexto día se pueden apreciar otros síntomas tales como: desanimo o depresión, diarreas, vómitos y pérdida de apetito, debilidad y dificultad para respirar, deshidratación, heces de color amarillo grisáceo o problemas cardiovasculares.
El virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses. Es difícil de eliminar mediante productos de limpieza corrientes, para ello, lo más eficaz es el cloro y el agua lavandina.
Al tratarse de una enfermedad bastante desconocida en muchas ocasiones los síntomas pueden llevar a pensar que se trata de otra patología. Por ello, se debe acudir a un especialista al mínimo indicio de parvovirosis, la vida del animal puede depender de si es tratada en las siguientes 48 o 72 horas. Es común que en cachorros menores de 6 meses se produzca la muerte súbita.
Actualmente, no existe una cura específica para esta enfermedad pero es posible superarla tratando de combatir la deshidratación, el desequilibrio electrolítico, y controlando los vómitos y diarreas para prevenir que la infección aumente. Es común que tras la afección queden efectos secundarios de por vida.
El virus también puede ser contraído por humanos aunque no es posible que el contagio se transmita de perros a humanos y viceversa. La mejor forma de evitar el contagio es la prevención. Para ello, es imprescindible cumplir con el calendario de vacunas y mantener ciertas normas de higiene.
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