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Podríamos contar muchas cosas sobre la triste historia de esta perrita, pero la verdad que basta con recordar las terribles condiciones y el penoso estado con el que llegó a la protectora. Todo su   cuerpo, además de desnutrido y deshidratado, estaba lleno de heridas, de llagas, encogido por el frío y por el miedo, y aún hoy, sobra y basta con mirar sus ojos vacíos y perdidos. La verdad que vale con fijarse en   la triste expresión de su alma para saber los terribles, duros e injustos meses a los que ha tenido que hacer frente esta simpática y cariñosa amiga, cuando lo único que necesitaba era una mano amiga que la cuidara, un hogar donde crecer alegre y contenta y una familia que le llenara de compañía y ternura.

Y esta es la historia de Vasca hasta que llegó a la protectora, una historia de maltrato y de   abandono, de vivir en un mundo muchas veces cruel e irracional para estos seres especialmente sensibles y agradecidos.

Ahora Vasca poco a poco vuelve a mover el rabo, poco a poco vuelven a brillar sus ojos y poco a poco se va curando su dolorido corazón.

Pero lo que no ha cambiado es el anhelo y deseo de este dulce perrita, entrañable y leal, porque Vasca necesita más que nunca encontrar y  conocer un mundo mejor donde sentirse querida y protegida, donde saberse valorada y sobre todo   necesita ese hogar y esa familia a la que demostrar toda su bondad y gran compañía.

El único cuidado especial que necesita este tesoro es tomar su medicación y unos baños periódicos para cuidar su piel.

Mide 53 cm aprox.