HABANEROS ESPAÑA - CUBA -U.S.A. Bichón Habanero

ORIGEN E HISTORIA DE LOS HABANEROS –

Aunque es nuevo para el A.K.C., el Habanero es una raza de perros antigua. Su historia es fascinante e importante para poder definir el tipo, ya que, en muchos aspectos es único.

El Habanero es el Perro Nacional de Cuba y su única raza nativa. La bandera de España fue izada por primera vez en Cuba por Cristóbal Colon en Noviembre de 1942. Durante los siguientes 10 años, España inició la colonización en la isla, quien la poseyó la mayor parte de los siguientes cuatrocientos años.

Los primeros colonos llegaron de dos clases diferentes, primero los granjeros procedentes de la Isla de Tenerife y “los segundos”, o segundos hijos de la aristocracia española.

Los registros navales de principios del siglo XVI nos revelan que algunos perros fueron llevados por los primeros colonos en sus viajes y la lógica nos dice que eran muy parecidos a los Perros de Tenerife, común ancestro a toda la familia de Bichones.

Debido a las restricciones draconianas que España impuso al comercio en sus colonias, Tenerife fue uno de los únicos puertos abiertos al comercio con Cuba y así fue como aparecieron estos pequeños perros quienes pronto encontraron su camino hacia los hogares de los aristócratas residentes y se desarrollaron sin mucha influencia externa.

Los aristocracia de los Barones del azúcar estaba muriendo y una nueva clase estaba emergiendo, la burguesía, y el pequeño perro de La Habana, adaptable como siempre, se convirtió en un perro familiar extraordinario, compañero de juegos de los niños, guardián y pastor del grupo ganadero familiar. También se desarrollaron en respuesta al clima de esta isla tropical.

El Habanero de hoy sigue siendo todavía un pequeño perro de tolerancia al calor remarcable debido, y no en pequeña parte, a su manto único (y sin subpelo). En su país natal el manto nunca fue rasurado por esta razón y nunca fue atado en su cabeza con un moño, ya que los cubanos creían que les protegía los ojos del duro sol. Llamado "El Perro Sedoso de La Habana", ó el "Caniche Sedoso Español", su manto es como hilo de seda puro y le protege de la misma manera que los saris de seda protegen a las mujeres en la India.

A pesar de las restricciones comerciales, la Colonia Cubana se desarrolló y prosperó. Alrededor del siglo XVIII fue el centro cultural del Nuevo Mundo, con una elegancia que sobrepasaba cualquier cosa que los británicos hubiesen manejado en sus Colonias. La aristocracia europea encontró en la ciudad de La Habana un gran lugar de vacaciones, con sus operas, teatros y palacios. En su retorno a Europa trajeron de vuelta a los pequeños Habaneros, los cuales encontraron su favor en las Cortes de España, Francia e Inglaterra. Tanto en España como en la Corte de Luís XVI, fueron mostrados a la manera de los Caniches y fueron muy admirados por su diminuto tamaño.

Por otra parte, los ingleses parecieron dejarles “al natural” y les llamaron los "Cubanos Blancos", aunque con frecuencia se encontraron parti colores y algunos tonos de beige. A mediados del siglo XVIII estuvieron francamente de moda en Europa. La Reina Victoria tuvo dos y Charles Dickens tuvo uno, muy amado por sus siete hijos llamado Tim.

Fueron exhibidos en las primeras exposiciones caninas europeas y su tipo estaba ya bien establecido. Mientras tanto, en Cuba, los tiempos estaban cambiando.

Con la llegada de la revolución cubana la clase de cubanos que poseían Habaneros fueron los primeros en marcharse. Un puñado de ellos encontró su camino a este país y para finales de los 70, una reserva genética se estaba reconstruyendo. Todos los Habaneros del mundo hoy, excepto aquellos de los países del “Muro de Hierro” y de aquellos que se quedaron en Cuba, provienen de aquellos 11 pequeños inmigrantes.

Es remarcable que a través de todos esos viajes el tipo de los Habaneros ha seguido virtualmente sin diferencias de aquellos pintados en los cuadros del siglo XVIII.

Carácter -

El Habanero es ciertamente uno de los más encantadores perros de las pequeñas razas. Son excepcionalmente inteligentes  e ingeniosos. Su amor al protagonismo les viene de su adorable naturaleza a ser presumidos. Son curiosos y están ocupados constantemente. Son payasos naturales y disfrutan enormemente con interludios de juegos ruidosos y alocados.

La expresión del Habanero te dice que no se pierden nada de lo que ocurre a su alrededor. Les encanta sentarse en algún lugar alto, especialmente sobre la trasera de los sofás y sillas. No permiten nunca a los extraños aproximarse.

Anhelan la compañía de los humanos y están en su mejor momento como participantes activos como miembros de la familia. Adoran a los niños y jugarán con ellos sin cansarse a cualquier juego que a los niños les encante.

Si se crían cerca del agua o son expuestos al agua a una edad temprana, se convertirán en nadadores poderosos, entrando y saliendo del agua como pequeñas focas. También tienen un instinto natural de carea. En Cuba se les utilizaba para pastorear a las gallinas y gansos de la familia.