Los Posts de los PETSmaniacos sobre Mascotas (Perros y Gatos)
Ir a indice de Posts
Obesidad felina, causas y soluciones 
Seccion: Alimentación 
Por © PETSmanía 
Este problema, al que por norma general no damos la importancia que se merece, es la enfermedad nutricional más frecuente entre los felinos sufrida por un porcentaje elevado de la población. 
Consideramos que un gato sufre de sobrepeso cuando supera en más de un 10% su peso corporal ideal para su raza, sexo y edad. Si el porcentaje es superior en un 20%, estamos hablando de obesidad felina. Para hacernos una idea aproximada, podemos calcular que en las razas de tamaño medio, el peso ideal de la hembra es de entre 3 y 4 kg, mientras que en el caso del macho, el peso ideal se encuentra entre los 4 y los 5kg. Podemos considerar como obesos a una hembra de más de 5kg o a un macho de más de 6kg.
Sin embargo, el peso que marca la báscula es muy relativo y debemos tener en cuenta también la fisionomía del animal. Para comprobar si nuestro gato tiene un exceso de grasa corporal, podemos realizar las siguientes observaciones. Si al intentar palpar las costillas, los hombros o la columna vertebral de nuestro gato nos cuesta localizar los huesos, es que la capa de grasa que los recubre es demasiado gruesa, por lo que podemos considerar que nuestro gato es obseso. En algunos casos podemos observar que nuestro gato presenta una acumulación de grasa en la parte inferior del abdomen que se balancea cuando camina. Es común en los gatos obesos y se denomina abdomen péndulo. Cuando miramos a nuestro gato desde arriba mientras está andando debemos observar el espacio de la cintura bien definido por detrás de las costillas. Si por el contrario la silueta se muestra redondeada, debemos considerar que nuestro gato es obseso.
Es importante tomar conciencia de que la obesidad felina es una enfermedad que va a afectar tanto a la calidad como a la esperanza de vida de nuestro compañero y que está relacionada con otras enfermedades como las siguientes: Diabetes, hígado graso, alteraciones del sistema inmunitario, pancreatitis, problemas cardiovasculares y en las articulaciones, dificultades respiratorias, aumento de la probabilidad de padecer cáncer así como enfermedades de tipo urinario (especialmente machos castrados) o problemas digestivos y de la piel por falta de acicalamiento.
Existen distintos factores que pueden influir en el peso de nuestra mascota.
- Se han realizado estudios que demuestran que la obesidad se presenta de manera más frecuente en animales de mediana edad. El impacto de esta enfermedad aumenta entre los 5 y los 11 años y tiende a disminuir a partir de los 13.
- Un gato no esterilizado tiene una actividad metabólica un 25% mayor que un gato que sí ha sido esterilizado. Además la tendencia a la obesidad es mayor en machos castrados que en hembras esterilizadas.
- El entorno en el que viva nuestro gato también es un factor influyente. Podríamos pensar que aquellos gatos que tienen acceso al exterior son menos propensos a desarrollar obesidad porque realizan más ejercicio. Sin embargo, lo realmente importante es poder ofrecerles a nuestras mascotas un ambiente estimulante y enriquecedor que les anime a jugar y a ejercitarse.
- Por otro lado, el tipo de alimento y la forma en la que se lo suministramos, puede hacer que nuestro gato desarrolle obesidad. Los gatos, por norma general, saben establecer las raciones de alimento que deben consumir a lo largo del día. Sin embargo, en ocasiones lo que provocamos al dejarles la comida a su total disposición es fomentar un consumo excesivo. Para algunos gatos es más conveniente fijarles una ración diaria para que ellos mismos aprendan a gestionarla, en lugar de ofrecerles alimento cada vez que reclamen nuestra atención.
- El estrés puede provocar que nuestro gato desarrolle ansiedad hacía la comida y que desemboque en un consumo compulsivo.
- Existen también ciertos medicamentos, como los glucocorticoides y ciertas enfermedades, como la diabetes o el hipotiroidismo, que pueden provocar obesidad.
Dados estos factores influyentes podemos concluir que en la mayoría de los casos está en nuestra mano que nuestra mascota mantenga un estado físico idóneo. Lo principal es que el ambiente en el que vive nuestra mascota sea el adecuado y le resulte fácil realizar ejercicio utilizando juguetes. Para ello, nosotros también debemos interactuar con nuestro gato ya que será más probable que realicen actividad física si nosotros les estimulamos a ejercitarse.
En el caso de que nuestro gato ya sea obeso lo más recomendable es acudir a un veterinario para que pueda diseñar un plan de régimen que permita a nuestro gato bajar de peso sin correr el riesgo de enfermar a causa de carencias nutricionales.
Este problema, al que por norma general no damos la importancia que se merece, es la enfermedad nutricional más frecuente entre los felinos sufrida por un porcentaje elevado de la población.
Consideramos que un gato sufre de sobrepeso cuando supera en más de un 10% su peso corporal ideal para su raza, sexo y edad. Si el porcentaje es superior en un 20%, estamos hablando de obesidad felina. Para hacernos una idea aproximada, podemos calcular que en las razas de tamaño medio, el peso ideal de la hembra es de entre 3 y 4 kg, mientras que en el caso del macho, el peso ideal se encuentra entre los 4 y los 5kg. Podemos considerar como obesos a una hembra de más de 5kg o a un macho de más de 6kg.
Sin embargo, el peso que marca la báscula es muy relativo y debemos tener en cuenta también la fisionomía del animal. Para comprobar si nuestro gato tiene un exceso de grasa corporal, podemos realizar las siguientes observaciones. Si al intentar palpar las costillas, los hombros o la columna vertebral de nuestro gato nos cuesta localizar los huesos, es que la capa de grasa que los recubre es demasiado gruesa, por lo que podemos considerar que nuestro gato es obseso. En algunos casos podemos observar que nuestro gato presenta una acumulación de grasa en la parte inferior del abdomen que se balancea cuando camina. Es común en los gatos obesos y se denomina abdomen péndulo. Cuando miramos a nuestro gato desde arriba mientras está andando debemos observar el espacio de la cintura bien definido por detrás de las costillas. Si por el contrario la silueta se muestra redondeada, debemos considerar que nuestro gato es obseso.
Es importante tomar conciencia de que la obesidad felina es una enfermedad que va a afectar tanto a la calidad como a la esperanza de vida de nuestro compañero y que está relacionada con otras enfermedades como las siguientes: Diabetes, hígado graso, alteraciones del sistema inmunitario, pancreatitis, problemas cardiovasculares y en las articulaciones, dificultades respiratorias, aumento de la probabilidad de padecer cáncer así como enfermedades de tipo urinario (especialmente machos castrados) o problemas digestivos y de la piel por falta de acicalamiento.
Existen distintos factores que pueden influir en el peso de nuestra mascota.
- Se han realizado estudios que demuestran que la obesidad se presenta de manera más frecuente en animales de mediana edad. El impacto de esta enfermedad aumenta entre los 5 y los 11 años y tiende a disminuir a partir de los 13.
- Un gato no esterilizado tiene una actividad metabólica un 25% mayor que un gato que sí ha sido esterilizado. Además la tendencia a la obesidad es mayor en machos castrados que en hembras esterilizadas.
- El entorno en el que viva nuestro gato también es un factor influyente. Podríamos pensar que aquellos gatos que tienen acceso al exterior son menos propensos a desarrollar obesidad porque realizan más ejercicio. Sin embargo, lo realmente importante es poder ofrecerles a nuestras mascotas un ambiente estimulante y enriquecedor que les anime a jugar y a ejercitarse.
- Por otro lado, el tipo de alimento y la forma en la que se lo suministramos, puede hacer que nuestro gato desarrolle obesidad. Los gatos, por norma general, saben establecer las raciones de alimento que deben consumir a lo largo del día. Sin embargo, en ocasiones lo que provocamos al dejarles la comida a su total disposición es fomentar un consumo excesivo. Para algunos gatos es más conveniente fijarles una ración diaria para que ellos mismos aprendan a gestionarla, en lugar de ofrecerles alimento cada vez que reclamen nuestra atención.
- El estrés puede provocar que nuestro gato desarrolle ansiedad hacía la comida y que desemboque en un consumo compulsivo.
- Existen también ciertos medicamentos, como los glucocorticoides y ciertas enfermedades, como la diabetes o el hipotiroidismo, que pueden provocar obesidad.
Dados estos factores influyentes podemos concluir que en la mayoría de los casos está en nuestra mano que nuestra mascota mantenga un estado físico idóneo. Lo principal es que el ambiente en el que vive nuestra mascota sea el adecuado y le resulte fácil realizar ejercicio utilizando juguetes. Para ello, nosotros también debemos interactuar con nuestro gato ya que será más probable que realicen actividad física si nosotros les estimulamos a ejercitarse.
En el caso de que nuestro gato ya sea obeso lo más recomendable es acudir a un veterinario para que pueda diseñar un plan de régimen que permita a nuestro gato bajar de peso sin correr el riesgo de enfermar a causa de carencias nutricionales.
Nota: © PETSmanía no se responsabiliza de la informacion u opiniones vertidas en estos posts o noticias ni tiene por que estar de acuerdo con su contenido.



























 
             
